La Policía no publica las cifras actualizadas, pero la prensa reportaba hasta el 14 de septiembre 2.980 muertes violentas.
Eso equivale a 11,6 muertes violentas por día. A fines de agosto, el promedio era de 11,4 muertos al día. Es decir, que el estado de excepción no sirve, porque la violencia en vez de detenerse se acelera, con justa razón el pueblo dice que en realidad es un "estado de decepción".
El fin de semana pasado, mataron a 20 personas solo en la zona 8 y ayer el mismo Lasso anunció que "preliminarmente" habrían muerto 18 personas en la cárcel de Latacunga, por lo que hace rato sobrepasamos las 3.000 muertes violentas, una verdadera guerra.
Todavía hay personas que están en fase de negación y no quieren reconocer que esta es una GUERRA, que el Ecuador, "isla de paz" ya se murió y que se deben tomar medidas de guerra para acabar con estas mafias.
Entre los muertos de Latacunga está Leandro Norero, el capo conectado al correísmo a través del asambleísta Latín King, Ronni Aliaga. Silenciaron a un posible delator, que "sabía demasiado".
Obviamente, habrá venganzas violentas en otras cárceles y en las calles, como parte de la dinámica de las mafias.
La sociedad observa y es una víctima aterrada de esta guerra que aumenta cada día y se acrecienta la percepción de que no hay gobierno y que es evidente la connivencia de la delincuencia con las fuerzas de seguridad.
Hasta ahora siguen intocables los narcogenerales, hace poco agarraron a dos policías entrando balas a la cárcel de Latacunga, antes de ayer cogieron a otro policía en Esmeraldas quien les hacía de chófer a los Tiguerones y el domingo también en un atentado con muertes y quema de vehículos en pleno puente de Yaguachi, agarraron a un cabo.
En la guerra contra las mafias se tiene que depurar a la policía y a las FFAA, el uniformado que se vende al enemigo debe ser considerado un traidor y ser castigado como tal, porque esto señores es una guerra y hay que acabar con ese enemigo antes que ese enemigo acabe con nuestra juventud y se lleve por delante al país entero y su escasa institucionalidad.
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